YO, TODO TERRENO

Me decidí. Determiné que a esta altura del partido en ese amor no me quedaba más que una medida desesperada por hacer. Así que tomé el toro por las astas. Una noche cualquiera en Providencia en otra calle cualquiera, me puse los guantes quirúrgicos que compré en mi red de Farmacia predilecta. Usando ese destornillador especial como ganzúa que birlé de la caja de herramientas del maestro Hernaldo, forcé la puerta de ese
todo terreno sin alarma y simplemente me lo robé. La extraña sensación de manejar un vehículo que no es tuyo, se multiplicó por 1.000 al sentir que lo acababa de robar. Hice entonces lo que tenía qué hacer. Lo guardé en ese garaje en desuso que aquel cliente y amigo posee por allá por Recoleta, muy lejos de mi casa, es espera del día señalado que sería el viernes.
Trabajé en la oficina hasta tarde en espera del momento. Partí a Recoleta en mi auto y retiré el
todo terreno. A mi costado llevaba mi pasamontañas negro predilecto, que le prestaba a mi hijo estudiante en sus jornadas de protesta, ése que deja visualizar sólo un rasguito de mis ojos y aterroriza convenientemente. Esa noche andaba todo de negro. No sé por qué –una estupidez no más – me había pintado las manos y la cara con betún camuflaje. Lo que hizo que el trayecto hasta el lugar fuera difícil ante el temor de ser observado o detenido casualmente. ¿Qué hace un “boina negra” en un todo terreno a las 22:00 hrs. de un viernes por Providencia, camuflado? Ya no estamos en tiempos de asonadas.
Llegué al lugar. Allí, de un tiempo a esta parte, inconmovible vivías tú, inasible morabas tú. Residías, definitiva tú.
Pasé por el frente de tu casa. Las mamparas de tu corazón cerradas e iluminadas como siempre. Doblé hacia mi derecha, por la calle perpendicular. Tomé vuelo unos 50 metros y retrocedí en 2° el
todo terreno como alma que se lleva el diablo. Por última vez – y de esa forma – entré en tu vida para salir por siempre.
La sorpresa, el estrépito de la 1° mampara de tu corazón arrasada, la 2°, más al centro y profunda, igualmente destrozada, entre tus arterias y el esternón, te paralogizó. Quedaste estupefacta al verme bajar con mi pasamontañas, queriendo identificarme.
Yo, presto, tomé esta vez concientemente, lo que me pertenecía de ti. En 2 minutos la operación culminó ilesa y victoriosa. Un trabajo limpio.
En otros 18 minutos sin pasamontañas, sin camuflaje que limpié con toallitas higiénicas desechables, era un santiaguino más que circulaba por la ciudad, en su propio auto, esta vez nuevamente lleno de adrenalina. El botín ascendió a lo que te extraje de tu corazón por la violencia y por la fuerza, lo que me habías arrebatado tiempo atrás. Lo que más valor de mercado tenía en mi:
la cordura, la prestancia, el orgullo, mi entera dignidad.
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11 Comments:
Naranjita: eres increíblemente impredescible.
Un abrazo
1.- Soy naranjita
2.- Soy creíble
3.- Soy altamente predescible...Sorry
Que buenisma historia...!!
La adrenalima se debe haber manifestado en su maximo estado...
Es bueno arriesgarse y dejar todo de lado por un rato y hacer cosas locas por conseguir lo uqe es tuyo y te pertenece...
Pero no todos lo hacen...
Buenísimo!!! Me encantó tu relato... Mish! Tiene cualidades escondidas uté ah..???
Un abrazo, jefe...
memorable.
habrá que hacer eso con los que te roban? necesito una flota de vedículos 4x4.
Atte, la "que linda es usté"
Y LAS FOTOSSSSSSSSS.. que paso cheque.. a quien le tengo que pegar..
coti
Oye documento...que pasó con las fotos..? Te estai auto censurando o te estan..? No te dijeron que eso no se hace..?
Pensé que era idea mia eso de la misteriosa desaparición de un post... Pfffff....
No fue suficiente la coima..? Jajajaja..!
Meshos!
Fenomenal relato, chocoso. De plena actualidad y vertiginoso.
Un botín no Vuitton, puro corazón.
Abrazo,
AAB
Hacía tiempo que no te leía algo como los cuentos del principio. Me encantó
otro que se nos pone sicótico...
(gran relato, oye)
Abrazos
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